La Posta de Achával, pizzería clásica de Caballito, es refugio gastronómico de jugadores de fútbol, rugby, vecinos y familias, que se reúnen todas las semanas desde hace años. ¿Qué piden? Sin dudas: fugazzeta.
Gustavo, el encargado de La Posta de Achával nos cuenta que todas las semanas un grupo de 40 jugadores del Club Italiano de rugby se reúne después del entrenamiento y que hay familias que reservan la misma mesa desde hace años. La Posta se ha convertido en un lugar de reunión, que va pasando de generación en generación.
El lugar, con su estilo buffet de los años `70 se caracteriza no tanto por la elegancia sino por la calidez, y por supuesto, por sus fugazzetas. Después de las 21 horas, el lugar comienza a llenarse, y sea el día que sea cuesta encontrar un lugar.
La pizzería no sitio web, pero más allá de la tecnología, esta esquina sigue guardando como su principal tesoro, el contacto directo con sus vecinos y amigos. Los empleados, siempre dispuestos a invitar una taza de café o una pizza para algún cumpleaños, logran generar con su público habitué, un sentido de pertenencia.
“Hace 25 años que trabajo acá: empecé de lavacopas, luego fui cortador, palero, pizzero, mozo, sereno, repartidor, después pasé a ser maestro pizzero y por fin, encargado. Cuando yo empecé a trabajar acá, venían muchos padres con sus niños y ahora esos niños, ya mayores, vienen con sus familias y ahí yo caigo que pasó mucho tiempo”, nos cuenta.
Gustavo, ¿Cuál es la pizza que más le gusta a la gente? – “La gente acá adora las porciones de fugazzeta. Nosotros la preparamos por la mañana, porque la masa lleva un tiempo de estacionamiento. Si vos la preparas y enseguida la cortas en porciones, cuando la volvés a calentar se te desmorona todo. El secreto de la fugazzeta es que esté hecha el día anterior”.
“Nunca cambiamos nuestra forma de trabajar ni la mercadería. A las pizzas grandes de muzzarella le ponemos casi 500 gramos de queso por pizza, y en ningún lado te ponen eso”. Sin dudas La Posta de Achával – que está por cumplir los 50 años- sabe de lo que hace y lo demuestra en la mesa.