En el norte neuquino, el centro de esquí Caviahue está empezando a hacer furor en los inviernos y, si bien el pueblo es chiquito, hay una pizzería fabulosa que no te podés perder: Lo de Naty.
El que llega a Caviahue, enseguida se da cuenta del encanto particular que tiene este pintoresco rinconcito en la cordillera de los Andes, lejos de todo y completamente cubierto de nieve
Si bien es muy chiquito y no tiene un desarrollo gastronómico exuberante, uno puede encontrarse con perlas culinarias pocas veces vistas. Y este es el caso de la Pizzería de Naty. Oriunda de Rafael Calzada, provincia de Buenos Aires, la maestra pizzera estudió y trabajó con el Gato Dumas y en el 2001 tras la crisis, se fue a vivir al pueblo nieve neuquino.
“Arrancamos en el 2011 y soy la única mujer a cargo de una pizzería en todo Caviahue. El pueblo en ese entonces era muy pequeñito y ya había una pizzería, administrada por unos chicos que eran fotógrafos. Entonce fui a hablar con ellos, les pregunté si iba a seguir, me dijeron que no, y entonces abrimos”, nos cuenta en el medio del bullicio de su local, que en plena temporada invernal, está atestado de gente.
“Nosotros hacemos todo casero, desde la masa hasta los tomates secos; los morrones que van sobre la pizza también. Cuando es la época, cultivamos los hongos de pino, los secamos y hacemos todo el proceso”, dice la simpática cocinera, que además de preparar las pizzas más power de la Patagonia, atiende las mesas.
La especialidad de la casa son tres: la de panceta y huevo frito -la pizza entera trae 8 huevos fritos -; la pizza de hongos de pino y champignones y la pizza de trucha ahumada, queso crema y cebollín. Sebastián Mazzuchelli de Villa Pehuenia – coordinador del Festival del Chef Patagónico – es quien le prepara el pescado. “Es todo casero, todo lo hacemos nosotros”, insiste.
La Pizzería de Naty además, vende cerveza artesanal elaborada en la zona y cierra solo dos veces al año (al comienzo y al final de la temporada invernal). “Por lo general acá el turismo vuelve, Caviahue además es súper familiero, muy tranquilo y los clientes que nos conocen por primera vez, siempre vuelven”, dice Naty con una sonrisa de oreja a oreja. “Ahora incluso tenemos de novedad la “milapizza”, que está en auge en el pueblo”, dice, orgullosa.
Después de probar las especialidades de la casa, no queremos ni imaginar lo delicioso que debe ser este nuevo invento que, seguro, pronto se convertirá en especialidad de la casa. Desde ya que tenemos una excusa para volver.