En el corazón de Buenos Aires, Monte Castro se enorgullece de tener la pizzería más visitada de la zona: El Fortín, que no escatima en ingredientes y le hace la contra a las pizzerías gourmet de Palermo.
Con la parada de colectivo en la puerta, la esquina de El Fortín explota de gente cuando el reloj marca el mediodía. Sea el día que sea, de la paz anterior no queda rastro cuando los vecinos empiezan a llegar en busca de su comida preferida.
Fundada hace más de 50 años y respetando la misma mítica que su abuelo instauró, Sebastián dirige la orquesta de mozos y ayudantes que conforman la pizzería. Los vecinos los conocen, se llaman por sus nombres y la maquinaria está perfectamente aceitada. Las pizzas salen enseguida y desbordan de contenido.
“La grande de morrones tiene una lata entera de 800 gramos”, nos dice Alberto, uno de los mozos del lugar que lleva años trabajando ahí. “Acá la gente se va con la panza llena”, agrega. Nos hacen probar unas porciones y se nos iluminan los ojitos de la felicidad.
“Acá te damos porciones gigantes”, dice Sebastián, destapando la polémica con las pizzerías de Palermo, cuyas especialidades son más “gourmet” pero menos suculentas.
Bullicio, amigos, gente que entra y sale; buena iluminación y rapidez, hacen de El Fortín un lugar acogedor al que vale la pena ir, pero sin dudas la calidez y la atención de su gente, te hacen sentir ganas de volver.
Charly García, Fito Páez y Maradona han pasado por la pizzería varias veces y Diego Capusotto y Mariano Peluffo son clientes habituales; grandes personajes, grandes pizzerías.