En Caseros, Pizzería Ottonelli está abierta desde 1939 y según los entendidos acá se come una de las mejores pizzas del Conurbano. Familiera, acogedora y con olorcito a historia.
Si bien al frente hay una sucursal de la cadena Kentucky, los que conocen a Ottonelli no lo dudan. Un local chiquito, con las mesas justas, pegadito a la Municipalidad de 3 de Febrero: Ottonelli forma parte de la historia gastronómica de la zona y hasta de la zona, ya que solo 50 años después de su fundación, la pizzería ya estaba en pie.
Cerquita del Tren San Martín, Ottonelli tiene el boliche lleno todos los días. Con 20 variedades de pizzas, se destaca su Muzzarella (que si la pedís con doble muzza es prácticamente interminable), la Fugazzetta rellena y la Mixta (mitad muzzarella y mitad anchoas).
¿Qué es lo más excéntrico que se puede pedir? La de Palmitos al roquefort con aceitunas negras. Pero si sos más moderado y queres algo clásico, la Completa no te falla. Se puede comer al paso, las porciones son abundantes y los precios más que correctos.
Los infaltables cuadritos de equipos de fútbol en la pared donde sobresalen las hazañas de Boca Juniors; pizzas que salen del horno a leña a cada rato, sifonsitos de soda para acompañar el vino de la casa y hasta un autógrafo de Alejandro Dolina en una pared. Un dato de color: las sillas son originales de aquella época.