En el corazón de Boedo, se colan tangos y esquinas tradicionales que muestran el alma de un barrio bien porteño. La pizzería San Antonio ya es parte de ese folclore.
La pizzería está desde el año 1976, la comenzaron unos polacos que luego la vendieron a unos inmigrantes de Galicia, quienes conservaron además del nombre, al maestro pizzero: Pablo Mamoyka, un chaqueño que ya roza los 90 años.
Esta pizzería de barrio, a la que llegan muchas familias pero también comensales de paso, se ha hecho conocida con el tiempo por sus buena atención, y por su buena pizza. “Acá vienen varias generaciones de familias. Los clientes vienen y nos cuentan que sus padres ya comían en San Antonio”, dice Walter, el encargado. “Eso es lo bueno que tenemos: la gente”, agrega.
Solo hacen pizzas y algunas empanadas. “Lo mejor de acá es la fugazzeta, que a mucha gente le encanta” dice Walter cuando le preguntamos sobre lo más destacado del lugar. Además de la clásica Muzzarella tienen la Doble Muzzarella y una especial de la casa que incluye longaniza. Las pizzas son al molde pero pueden pedirse media masa o masa entera.
Abren todos los días a partir de las 6 de la mañana pero las pizzas empiezan a salir a partir de las 11. Los sábados es necesario hacer reservas si se quiere comer en el salón. Los fines de semana despachan solo para llevar, más de 200 pizzas.